Mirando
y mirando fotos
que décadas las separan,
¡como se van
notando!
los surcos en
mi cara,
en el espejo de mis ojos
reflejos de una
batalla,
que trabajo y
vida dejan
después de
duras jornadas.
¡No! ¡ no los
quiero cambiar!
¡he ganado
tantas cosas!
que sólo
logra la edad .
Y... que me
llamen vieja
o me digan
carroza,
algunos no
llegan
acortan la historia.
La crueldad de la
muerte
con otros se ceba,
no tienen la suerte
un ¿ por qué ? se nos
queda,
cuando a Dios otros
piden
que a sus seres se
lleve,
muchos años postrados
un vivir que no
quieren.
Para mí, canas quiero
en la tarta cien velas,
que me llamen carroza
y que me digan abuela.
Rosi Pretel (c)
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