Os presento la carta no premiada presentada al concurso "Cartas de Amor" de la Asociación de Mujeres Santa Bárbara de Caudete:
Buenas noches Princesa,
En la prisión del silencio, donde el
Señor Oscuro mora y reina, te escribo en esta madrugada gélida de cielos sin
estrellas lejos de tu compañía.
Siete años han pasado desde aquel
tierno, loco, borracho, primer beso que nos dimos… siete años nada más; siete
años nada menos.
El pasado no existe si no es
contigo; pues me consta que renacimos aquella noche de canela y de ron. De rock
and roll de fondo y mesas de madera. Fue un arrebato de la pasión lo que por
mirarnos, y reconocernos en el otro, nos unió… y míranos ahora vida mía: que
somos cuatro y no dos.
A veces pienso e imagino qué dirán
de ti y de mí quienes nos vean de la mano pasar… quizá no sepan cuán romántico
es nuestro palpitar, unido; tanto que ha tiempo se volvió uno solo. ¿No
sientes, cuando terminamos la fase del otro, que el cosmos reconoce nuestra
unidad? Opino que ya no somos dos almas; que jamás fuimos una media naranja;
sino que nos hemos convertido en un solo ser, un solo corazón, un solo
espíritu… fundidos nuestros cuerpos, calientes bajo las mantas, al hacer el
amor.
Siete años cariño… y los próximos
siete, y setenta y siete más después. Pues no distingo allí, en el horizonte
del difuso futuro de niebla y arena desplomándose contra el cristal, una
estampa mía sin ti. Sin tu fragancia, tu mirada, tu piel y tu sonrisa, tu
palpitar, tu presencia, tu silencio y tu carcajada, tu ir y venir, tu besar… y
el calor de tu mano sosteniendo la mía, preñada de arrugas y lunares por los
veranos vividos, a mi lado al caminar.
Mañana estaré allí amor mío, para
discutir y reír contigo una vez más; para abrazarte y ayudarte con la cena para
los nenes; para ver la tele e incluso para llorar…
Te ama, tu amor inmortal.
(c) Miguel Díaz Romero
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