Originalmente, este relato era para un proyecto que todavía está en marcha, pero que ha quedado descartado en el mismo.
“Planeta Tierra: lugar de mi
infancia. Lejos en mi memoria, anquilosada en el recuerdo queda hoy la gélida
Atlantis. Jugando con mi hermano en las llanuras níveas del extinguido
continente veíamos pasar los días felices, cuando mi padre reinaba en paz y
cohabitábamos con los Hombres… cuando lo único que nuestra especie debía hacer
era disfrutar del conocimiento, de la dicha, de la quietud del Tiempo.
Nos fuimos cuando Alejandro
Magno había conquistado el mundo; cuando había que cruzar las Columnas de
Hércules más allá de Tarsis para encontrarnos; cuando decían que éramos dioses…
entonces cualquiera podía ser un dios… entonces se arrodillaban ante nuestra
presencia y nos traían montañas de presentes. Incluso erigían templos con los
nombres que ellos mismos nos pusieron: Apollymi era el mío, Apóstolos el de mi
hermano menor… e Hiperión el de mi tío, el Traidor.
Después de siglos colonizando
sin ninguna violencia; a expensas de los cuerpos de los nativos que debemos
invadir para sobrevivir en sus hábitats y ecosistemas, variados hasta el
infinito como el Universo; centenas de mundos mediante al sabiduría y el
intercambio de conocimientos y culturas, Hiperión decidió que estaba cansado de
ser “simplemente” el hermano del Rey, mi padre…
…la batalla se dio en el
Sistema de nuestro planeta origen.
Miles de naves vieron arder mis
ojos antes del final… del inesperado y desastroso final para la paz de… de todo
cuanto los seres de la
Creación conocen. Hiperión, cuando mi padre y soberano acató
la derrota y firmó el armisticio, lo ejecutó sin piedad movido por eones de
envidia y codicia contenidos. También ordenó ejecutar a los soldados fieles al
Rey…
...pero sabía que al muerte nos
sería, a mi hermano y a mí, más grata que la deshonra y la vergüenza de tan
dramática derrota. Así que decidió desterrarnos de forma vitalicia. Apóstolos,
nuestras respectivas cohortes y yo salimos del Sistema Origen sin rumbo en
principio; con el asesinato de los nuestros muy presente hirviendo en nuestras
entrañas; pero hablando del pasado que ufano compartimos con nuestro amado
padre, surgió Atlantis… y decidimos regresar al lugar donde tan buena infancia
tuvimos.
Entonces, las luces de Ío nos
hicieron detenernos aquí… los Hombres han avanzado mucho desde que nos
marchamos… buscaremos unos cuerpos que invadir en este pequeño satélite; y
daremos comienzo, una vez sometamos a los humanos suficientes, a nuestro plan
de venganza contra Hiperión, el Traidor.”
Apollymi, Princesa de Atlantis.
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