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7 de octubre de 2014

Relatos indultados: Pensamientos de una diosa.



Originalmente, este relato era para un proyecto que todavía está en marcha, pero que ha quedado descartado en el mismo. 

“Planeta Tierra: lugar de mi infancia. Lejos en mi memoria, anquilosada en el recuerdo queda hoy la gélida Atlantis. Jugando con mi hermano en las llanuras níveas del extinguido continente veíamos pasar los días felices, cuando mi padre reinaba en paz y cohabitábamos con los Hombres… cuando lo único que nuestra especie debía hacer era disfrutar del conocimiento, de la dicha, de la quietud del Tiempo.

Nos fuimos cuando Alejandro Magno había conquistado el mundo; cuando había que cruzar las Columnas de Hércules más allá de Tarsis para encontrarnos; cuando decían que éramos dioses… entonces cualquiera podía ser un dios… entonces se arrodillaban ante nuestra presencia y nos traían montañas de presentes. Incluso erigían templos con los nombres que ellos mismos nos pusieron: Apollymi era el mío, Apóstolos el de mi hermano menor… e Hiperión el de mi tío, el Traidor.

Después de siglos colonizando sin ninguna violencia; a expensas de los cuerpos de los nativos que debemos invadir para sobrevivir en sus hábitats y ecosistemas, variados hasta el infinito como el Universo; centenas de mundos mediante al sabiduría y el intercambio de conocimientos y culturas, Hiperión decidió que estaba cansado de ser “simplemente” el hermano del Rey, mi padre…
…la batalla se dio en el Sistema de nuestro planeta origen.
Miles de naves vieron arder mis ojos antes del final… del inesperado y desastroso final para la paz de… de todo cuanto los seres de la Creación conocen. Hiperión, cuando mi padre y soberano acató la derrota y firmó el armisticio, lo ejecutó sin piedad movido por eones de envidia y codicia contenidos. También ordenó ejecutar a los soldados fieles al Rey…
...pero sabía que al muerte nos sería, a mi hermano y a mí, más grata que la deshonra y la vergüenza de tan dramática derrota. Así que decidió desterrarnos de forma vitalicia. Apóstolos, nuestras respectivas cohortes y yo salimos del Sistema Origen sin rumbo en principio; con el asesinato de los nuestros muy presente hirviendo en nuestras entrañas; pero hablando del pasado que ufano compartimos con nuestro amado padre, surgió Atlantis… y decidimos regresar al lugar donde tan buena infancia tuvimos.

Entonces, las luces de Ío nos hicieron detenernos aquí… los Hombres han avanzado mucho desde que nos marchamos… buscaremos unos cuerpos que invadir en este pequeño satélite; y daremos comienzo, una vez sometamos a los humanos suficientes, a nuestro plan de venganza contra Hiperión, el Traidor.”

Apollymi, Princesa de Atlantis.

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